Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres - CONGRESO CGLU / Eje Cabildo Público

Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres - CONGRESO CGLU / Eje Cabildo Público

La perspectiva de nuestro documento de Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres defiende que los mandatos políticos son fundamentales para producir y alimentar ciudades y comunidades justas y prósperas. 

La perspectiva de nuestro documento de Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres defiende que los mandatos políticos son fundamentales para producir y alimentar ciudades y comunidades justas y prósperas. Recurre al conocimiento, experiencia, contribuciones y liderazgo del movimiento de las mujeres ―tanto de las bases como profesionales― que, en las últimas décadas han trabajado incansablemente para garantizar que no se olvidan y se dejan atrás a las mujeres. Han propugnado con éxito la integración de la inclusión de género en marcos normativos globales como las Agendas de Hábitat, la Nueva Agenda Urbana, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son elementos que facilitan una gobernanza local eficiente y responsable, no una carga adicional. Los gobiernos locales pueden adoptar principios y estrategias para acelerar la participación social, política y económica, la toma de decisiones inclusivas y el desarrollo justo. 

Para presentar e ilustrar las formas de avanzar prácticas y estratégicas, nos enfocaremos en cómo los grupos organizados de mujeres de base1 en las ciudades y pueblos están trabajando con sus autoridades locales para el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género. Hemos entrevistado a nueve líderes mujeres de base y recogido información de 33 líderes adicionales de las ciudades de todo el mundo para informar en este documento. Esto nos ha permitido identificar varias estrategias, herramientas y enfoques que se utilizan para mejorar la calidad de vida, para reivindicar el «derecho a la ciudad», para empoderar a mujeres como líderes públicos, para exigir responsabilidades a los gobiernos, y para promover una gobernanza local equitativa y con sensibilidad de género.

La igualdad de género se recoge en muchas constituciones como un derecho fundamental, con 143 países que garantizan la igualdad entre hombres y mujeres en sus constituciones de 20142, y se refleja en marcos de derechos humanos internacionales (véase Anexo 1). Al nivel de la ciudad, los gobiernos locales han adoptado sus propios planes y estrategias para alcanzar la igualdad de género. Desgraciadamente, a pesar de que la igualdad de género es a menudo un derecho sobre el papel tanto a nivel local como nacional, raramente se alcanza a la práctica. Más bien, estamos muy lejos de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en cualquier parte del mundo. De hecho, el informe inaugural de las Medidas de Igualdad para la Agenda 2030 lo mostró y ningún país va por el buen camino para lograr los objetivos y las metas de género establecidas en los ODS de 20303.

A pesar de que muchos de estos marcos se han desarrollado para el nivel nacional, inclusive los ODS, mucho del trabajo para localizar e implementar estos objetivos y marcos tiene lugar en las ciudades de todo el mundo. Algunas ciudades han trabajado para integrar la incorporación de la perspectiva de género como una herramienta para promover la igualdad de género y para superar algunas de estas diferencias de género, aunque este enfoque también ha sido criticado por sus impactos limitados en el avance de la igualdad de género y en el impacto positivo en la vida de las mujeres de base. Una ciudad que está reconocida como que ha integrado con éxito la incorporación de la perspectiva de género es Viena, Austria, donde el enfoque se integró en toda la planificación urbana. Esto significa que consideran las necesidades diferenciadas de mujeres y hombres en distintas fases del ciclo vital en todas las fases del proceso de planificación, desde la concepción para la asignación y la implementación de recursos, hasta aprovechar al máximo el potencial con el fin de que el entorno construido sea inclusivo en género4.

Algunas otras ciudades, como Edmonton, Canadá, van más lejos, aplicando un GBA+ (un análisis basado en el género plus, para considerar el género, pero también otros factores) en todas las políticas y programas de la ciudad con el objeto de garantizar que funcionan para todos los residentes de la ciudad5. Cada vez más, un nuevo lenguaje está emergiendo para ir más allá de la incorporación de la perspectiva de género hasta la transformación de género. Esto significa que además de la incorporación de género en la planificación urbana, por ejemplo, tienen que hacerse esfuerzos paralelos para cuestionar y transformar las causas de raíz subyacentes de la desigualdad de género, inclusive los sistemas patriarcales que mantienen esta desigualdad.

 Esencialmente, la transformación de género requiere una redistribución del poder entre los géneros y una redefinición de las normas y relaciones de género que llevan tanto al empoderamiento de las mujeres de forma individual como colectiva6. Para apoyar este cambio en una escala más amplia, se requieren nuevos mecanismos con el fin de facilitar y sostener la participación de personas que pueden impulsar este cambio. Finalmente, los gobiernos locales tienen que garantizar que crean sus propias capacidades para cumplir efectivamente con estrategias transformadoras de género. En Penang, Malasia, por ejemplo, el alcalde introdujo la capacitación y la sensibilización de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres para todos los niveles del personal que trabajaba con el gobierno local.

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