El Decálogo de CGLU para la era posterior a COVID-19

 

Decalogue-Es

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Los gobiernos locales creen firmemente que este decálogo transformará el mundo 

La pandemia de COVID-19 funciona como una lupa que pone de relieve aquellos aspectos en los que ya íbamos con retraso, a escala mundial.

En un contexto de desafíos sin precedentes y universales, nosotros, los gobiernos locales y regionales de todo el mundo, estamos a la vanguardia de los esfuerzos para superar estos tiempos de prueba como aliados de otras esferas de gobierno, de la comunidad científica y como actores globales con un importante poder de transformación y de convocatoria.

Somos conscientes de que nuestras ciudades y nuestros territorios nunca serán los mismos

El decálogo de la era COVID-19 es nuestra declaración política para la fase posterior.

Es el documento que guiará nuestra incidencia internacional y dará forma a nuestro pensamiento para el futuro de la humanidad, centrado en el compromiso de los gobiernos locales y regionales con la construcción de un mundo solidario.

Este documento aspira a transformar la forma en que el sistema de gobernanza interactúa con las comunidades protegiendo a quienes más lo necesitan,

transformando el sistema multilateral y asegurando que los sacrificios que estamos realizando no se conviertan en una carga para las comunidades del futuro. Estamos convencidos de que la nueva normalidad debe tener presentes a las poblaciones vulnerables, debe reevaluar la forma en que interactuamos con la tecnología y proteger nuestros derechos, y debe abordar las desigualdades, protegiendo los bienes comunes y las necesidades básicas contra la especulación mediante un enfoque basado en derechos.

La solidaridad se ha convertido en faro para la seguridad en esta crisis, y debe guiar la transformación en el periodo posterior.

Necesitaremos un sistema multilateral renovado, con inclusividad para asegurar que los deseos y necesidades de la ciudadanía estén presentes en todos los mecanismos de gobernanza. Los gobiernos locales y regionales, a través de una sólida democracia local, serán los guardianes de esta solidaridad internacional.

Los gobiernos locales y regionales, a través de una sólida democracia local, serán los guardianes de esta solidaridad internacional.

El Decálogo se ha inspirado en las lecciones aprendidas de nuestros miembros durante los intercambios celebrados en las primera teres semanas del brote. Todavía se están llevando a cabo consultas entre nuestros miembros, para asegurar que este proceso también se alimente nuestras aportaciones al Diálogo de UN75, y nuestra lucha por el futuro.

Nuestra colaboración con UN75 es ahora más pertinente que nunca, ya que las recomendaciones del decálogo son parte integrante de la forma en que los dirigentes locales y regionales vislumbran el futuro y contribuyen así al diálogo de UN75. Un multilateralismo renovado, un mundo que garantice la prestación de servicios públicos, que fomente modelos de consumo y producción de proximidad y un sistema interurbano que se apoye en la fortaleza de las ciudades y las regiones serán fundamentales para desarrollar la siguiente generación de multilateralismo que reclaman nuestras comunidades. Nuestro Decálogo servirá además como referencia para las consultas sobre UN75.


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