Los transportes desempeñan un papel básico en el desarrollo de las ciudades, los retos a los que se enfrentan, así como a los rápidos avances tecnológicos, ubicando a la cuestión de la movilidad en una encrucijada. Los contrastes a nivel regional toman gran relevancia según la situación económica, la historia y la morfología urbana de los territorios. Como norma general, los sistemas de transporte no se basan lo suficiente en el derecho básico de los ciudadanos a un acceso asequible, variado y sostenible al transporte en un entorno urbano “inteligente” más compacto y menos dependiente del uso de vehículos privados.
Como consecuencia, existe un desarrollo exponencial de los vehículos privados (según el Banco Mundial, el nombre de vehículos privados en circulación podría doblarse en 2030 hasta llegar a los 1.400 millones de unidades) ligado a un sensible crecimiento de la contaminación (si no hay intervención, las emisiones de los medios de transporte podrían alcanzar un nivel de 1,2 Gt de CO2 en 2050) y a unas pérdidas económicas y de competitividad importantes. Por otro lado, la mortalidad de los accidentes de tráfico de deja de aumentar (anualmente, 1,2 millones de personas fallecen en accidentes de tráfico). La unión de estos factores tiene relación con el nivel de desarrollo y la inclusión social, así como la capacidad de los territorios urbanos de aplicar una planificación estratégica eficaz a largo plazo.
Por lo tanto, los transportes urbanos son a la vez un reto vital para el desarrollo sostenible de las ciudades y un elemento central en la lucha contra el cambio climático.
CGLU, a través de su Comunidad de Prácticas sobre Movilidad, puede contribuir a vincular las principales agendas mundiales (NAU, Agenda 2030, Acuerdo de París) fortaleciendo la cooperación descentralizada en materia de movilidad con el propósito de divulgar las mejores prácticas, prever una mejor equidad y fluidez de los avances tecnológicos actuales en este aspecto, respaldar el aprendizaje entre pares y reforzar las capacidades de los responsables de la toma de decisiones a nivel local (planificación, incidencia antes las autoridades nacionales, acceso a la financiación mediante partenariados público-privado o delegaciones de servicio público).
CGLU tiene la intención de construir una plataforma eficaz para reforzar la incidencia global a favor de la movilidad sostenible y de destacar los factores determinantes de mejora a medio y largo plazo para el beneficio de sus miembros.